Existe un película que aglutina casi todos los debates sociales de la forma más inhóspita: el humor, el surrealismo y el garbo de personajes imposibles. La película en cuestión es, qué duda cabe, Amanece que no es poco de José Luis Cuerda, y demuestra que en lo absurdo, lo inverosímil y lo chiflado de la narración es donde más cerca se disponen los espejos de la sociedad en la que vivimos. Algo muy similar sucede con el libro que venimos hoy a reseñar. ¡Milagro! Éxtasis y sombras en El Palmar de Troya (Libros del K.O., 2021) viene a desmenuzar, con una clarividencia pasmosa, el origen, la historia y las sombras de la delirante secta que surgiría en la década de los 70.
Corría marzo del 68, en plena efervescencia social, cuando cuatro niñas aseguraron haber visto a la Virgen en una finca de El Palmar de Troya. Esta sería la semilla de un imperio financiero, fanático y sectario que daría la vuelta al mundo. Sus padres creadores, Clemente Domínguez Gómez y Manuel Alonso Corral , llevarían hasta el límite el dogmatismo y hermetismo de la Iglesia Cristiana Palmariana de los Carmelitas de la Santa Faz a través de su carisma y sus esperpénticas escenas de visiones y estigmas. Rechazaron el Concilio Vaticano II, construyeron un templo colosal y disparatado (estatua dedicada a Franco incluida), retrocedieron tanto como reescribir su propia Biblia y, con todo, consiguieron más adeptos de los que cabe imaginar.
Ese es, grosso modo, el escenario que dibuja Decarlini en ¡Milagro! Éxtasis y sombras en El Palmar de Troya, una historia fresca (menos mal) sobre el despropósito que todavía se mantiene en las inmediaciones Utrera, junto a la carretera que conduce esta localidad con El Palmar.
«Fe» rancia, sin límites
Foto: ROLF HAID / DPA / DPA PICTURE-ALLIANCE VIA AFP
Hablar de El Palmar de Troya sin caer en la mofa, la repetición o el sensacionalismo puede resultar difícil tarea para alguien que no sea Jorge Decarlini. Por el contrario, el criterio y el rigor imperan en este audaz relato de principio a fin, con una cronología precisa y lineal y una descripción que nos acerca a todos los protagonistas destacados de esta facción. Incluso con la presencia de algunos nombres reconocidos; no faltan a la cita Dan Brown, Gonzalo Torrente Ballester o Camilo José Cela. En ¡Milagro! se conjugan muchos fragmentos de una historia que siempre se ha contado por partes o a raíz de eventos polémicos momentáneos y bajo una capa de oscurantismo.
El contenido del libro, al igual que todo lo que gira en torno a El Palmar de Troya, se debate entre la tragicomedia, la perplejidad y y la turbación pero, después de tantos años de silencios y revuelos, sencillamente es el libro que necesitábamos.
La secta que canonizó a Francisco Franco
Decarlini repetirá a lo largo de su libro cómo la historia ha ido poniendo a los palmarianos en el candelero y repasará cada una de las barbaridades en torno a la secta: las noches etílicas de Clemente, el despilfarro, los abusos sexuales y la explotación de los fieles, estigmas, mutilaciones e incluso una portada en Interviú. Una insultante doble moral que queda más que patentada en el relato del escritor portuense. Ese elemento es, al mismo tiempo, la clave de libro y su diferencia con respecto a todo lo que se ha dicho, escrito o comentado desde 1968.
Atrás quedó el morbo y la farándula: la del Palmar de Troya genera tanto espanto como cualquier otra secta y, más allá de las puntadas de humor, ¡Milagro! deja un regusto a miedo, a asombro, a ficción sórdida. Nada más lejos, a pocos kilómetros de Sevilla todavía se alza este imperio estrambótico que vuelve a estar en el punto de mira, cuyo declive llevan años prediciendo pero que no, no amenaza con desaparecer.