Si a Lope de Vega le llegan a decir en el Siglo de Oro que cinco siglos más tarde el teatro se iba a representar en pequeñas habitaciones con una capacidad para quince personas en quince minutos es probable que hubiera dicho “¡Pardiez! Antes volarán cerdos.” Sin embargo, el dramaturgo se hubiera llevado un “zas” en la boca al darse cuenta que esta nueva forma de consumir teatro se iba a extender como la pólvora.
Para conocer el origen del microteatro tendríamos que remontarnos al año 2009: unos 50 artistas -autores, directores y actores-, presentaron un proyecto teatral en las salas de un prostíbulo que había cedido una asociación. En cada una de las habitaciones representaron una obra de menos de diez minutos relacionada con la temática de la prostitución. Aquella experiencia se llamó “Por dinero” y fue el germen de lo que vendría después cuando algunos de estos participantes se agruparon con otros artistas para alquilar una carnicería madrileña y convertirla en un espacio teatral.
Lo que sucedió en aquella carnicería fue tal éxito que a día de hoy ha cruzado el charco y hasta en Miami o Buenos Aires se representa este formato. Microteatro por Dinero en Sevilla (C/ José Gestoso, 3) no se hizo esperar. El pasado fin de semana nosotros decidimos dejar de lado la Alameda y la Alfalfa para zambullirnos en este pequeño gran espacio.
Todos los meses tienen un temática distinta para renovar la cartelera. Este mes el tema era “Por ellas” y la verdad es que no nos lo pusieron nada fácil para tomar una decisión. Además, teniendo en cuenta que hay unas obras en la sesión de tarde (de jueves a domingo) y otras en la sesión golfa (viernes y sábados) a partir de las 22:25h, fue más complicado aún.
Nosotros vimos Un bloody mary, por favor y La chica de la curva. La primera trataba de los típicos nervios que tiene una chica cuando tiene una cita con un vampiro. Basta con decir que la chica que tenía delante se rió tanto que temía por mi mandíbula cada vez que ella daba una carcajada. En La chica de la curva nos llevamos una sorpresa porque no esperábamos ver ¡un micromusical! Muy recomendable tanto para echarse unas risas como para disfrutar de una exhibición musical a menos de tres metros tuya.
Los niños tampoco están excluidos de esta novedosa experiencia, ya que los sábados y los domingos podrán disfrutar de obras infantiles a partir de las 17h.
Todas las obras cuestan 3,5€, precio más que correcto teniendo en cuenta que con tu entrada de microteatro puedes disfrutar de algunas de las promociones de Banzai, uno de los mejores restaurantes japoneses, que se encuentra en el propio edificio de Microteatro por Dinero de Sevilla. Además, ¿hay algo mejor que «sushi” y “teatro” en el mismo plan?
Después de pasar una noche allí, me declaro totalmente microteatero y defensor de que Sevilla siga imparable con estos proyectos que hagan que cada esquina de nuestra ciudad rebose cultura.