Toda persona que se precie de tener un buen paladar y resida en Sevilla, debe conocer por imperativo legal un manjar que se encuentra en el número 2 de la calle Hernán Cortés, en Casa Ricardo (Antigua Casa Ovidio), un local que abrió sus puertas en 1898.
El lugar llama la atención a cualquier turista por su intenso olor a incienso y porque está decorado al estilo horror vacui propio del Barroco, lo que se traduce en que no hay un solo atisbo de la pared del bar al estar toda recubierta por cuadros de vírgenes. Este ambiente cofrade se suma a que los cocineros de Casa Ricardo pueden ser los reyes de la gastronomía andaluza y aunque preparen platos tradicionales, todos valen su peso en oro, especialmente la joya de los fogones: las croquetas.
Todavía no se ha descubierto cómo consiguen preparar este manjar de forma tan perfecta, pero lo que está claro es que la mejor croqueta de Sevilla no tiene rival ninguno en la capital hispalense.
Te contamos por qué esta croqueta se ha convertido en la octava maravilla:
Combinación de texturas
Es imposible determinar cómo los cocineros consiguen un exterior crujiente con un interior prácticamente líquido que se deshace en la boca al primer mordisco. Cada vez que pruebas una de estas croquetas resuena un coro celestial en tu cabeza.
Patrimonio gastronómico
La forma de preparación de las croquetas de Casa Ricardo es uno de los secretos mejor guardados del restaurante. Es una receta familiar que se ha pasado de generación en generación, pero ningún otro local de Sevilla ha conseguido hacerles sombra.
Croquetas de Cuaresma
Las míticas son las de jamón, pero cuando llega la Cuaresma tan solo sirven de bacalao. De hecho, estas croquetas no se sirven hasta el miércoles de ceniza y tienen tantos adeptos, que son muchos los que cuentan los días que faltan para sustituir la carne por el pescado.
El secreto está en la paciencia
María del Carmen Romero, más conocida como Meli, la esposa del dueño, explica que el proceso de elaboración de las croquetas es de 3 horas. En sus palabras, el secreto está en tener «paciencia y mover la masa».
Acompañamiento
Las croquetas se sirven con patatas paja caseras, aunque te recomendamos que las acompañes con otros manjares del local como el solomillo al whisky, el crujiente de salmón, la ternera a la miel o canela, o las espinacas con garbanzos.
Fuente de la imagen de portada: Tapas con Arte