La talla de la Esperanza Macarena se remonta a fines del siglo XVII, aunque se trata de una obra anónima. Esto ha dado pie a que haya más de una leyenda en torno a su origen…
Muchos son los que han querido dar con el autor de la Macarena y aunque en la historia no aparezca ninguno de forma oficial, hay una leyenda que comienza con la llegada de un viajero italiano a Sevilla que se dirigía hacia las Indias. Sin embargo, enfermó antes de montarse en el barco y falleció en el Hospital de las 5 Llagas sin haber hecho el testamento.
Al año siguiente, cuando el hospital se queda sus pertenencias, abrió la maleta y se encontró con la mascarilla y las manos de una Virgen. Según la leyenda, al no haber espacio en la capilla del sanatorio, la Virgen se guardó sin recibir ningún tipo de culto.
Por otra parte, la hermandad recién fundada en San Basilio en el siglo XVI quería una imagen que llevase la advocación de Esperanza. Así que por casualidades de la vida, un miembro de la hermandad se enteró de la existencia de la Virgen y le propuso al Hospital hacer un trueque: un reloj que habían donado al convento por la Virgen. Aunque con una condición: si la Virgen volvía al Hospital de las Cinco Llagas nunca saldría de allí.
La hermandad respetó el pacto hasta el año 1937, cuando un Viernes Santo la hermandad entró en el hospital, donde recogió a militantes herido, que la acompañaron de vuelta a su templo. Fue así como se incumplió este histórico acuerdo, aunque la Virgen siguió perteneciendo a la hermandad.
A día de hoy, hay toda clase de especulaciones sobre quién hizo la Virgen, aunque los macarenos lo tengan claro: la hicieron los ángeles.