Son cientos de veces las que los medios de comunicación sacan a relucir las razones por las que estar orgullosos de ser de Sevilla, pero desgraciadamente, la mayoría de esas razones se limitan al ámbito deportivo. Es un hecho que la cultura vive subordinada a cualquier otro ámbito (tanto a nivel local como nacional) y sin embargo, tenemos mil razones más para sentirnos orgullosos de vivir en una ciudad como la nuestra. Para nosotros una de estas mil razones por las que se nos hincha la vena del orgullo local es una pequeña gran editorial: La Isla de Siltolá.
En esta isla encontraréis mucho más que una superficie con arena, palmeras y cocos, porque además de editar libros de poesía, también tienen un local en el número 24 de la calle San Bernardo en el que lo mismo puedes asistir a una taller de escritura creativa que ir a una cata de vino. Y no contentos con tener este espacio, también son responsables de la revista Isla de Siltolá, creada con la finalidad de difundir la creación poética española e hispanoamericana contemporánea.
Pero si hay algo que nos gusta de la Isla de Siltolá, es que más allá de dar un cobijo a todos los náufragos de los versos, también son conscientes de la importancia de aprender a leer poesía desde que tienes uso de razón. Por esa razón, organizan talleres, cuentacuentos y visitas escolares. Porque más allá de Kika Superbruja y Harry Potter, hay un mundo de letras al que todos los niños deberían acceder, sobre todo cuando estamos en un mundo en el que nos tienen que dar las noticias en vídeos de 30 segundos para que nuestro cerebro no piense demasiado.
El arquitecto que hay tras el diseño de esta isla es Javier Sánchez Menéndez, un poeta y ensayista gaditano que ha hecho todo lo posible por dignificar el género. Desde que creó la editorial en 2009 hasta la fecha ha conseguido que librerías de todo el mundo tengan entre sus estanterías poesía made in Seville.
En la editorial cuidan todos los detalles de las obras y no hablamos solo del contenido, también nos referimos a las cubiertas ajedrezadas que conectan con la literatura de Gómez de la Serna.
Adentrarte en su mundo es tan sencillo como ir a su tienda propia o navegar por los mares de su catálogo, en el que podrás encontrar auténticas joyas como Qwerty de Itziar Mínguez Arnáiz o Todo lo que se prodiga cansa de José Luis García Martín.
Después de leer esto, tan solo te falta coger tu equipo de buceo (da igual si es amateur), sumergirte en el mar y… ¡rumbo a la isla!
Fuente de la imagen de portada: Facebook de La Isla de Siltolá