Estas atracciones se hicieron con la intención de que Sevilla tuviera una oferta de ocio que hiciese de ella un referente en España. Sin embargo, a día de hoy éstas no atraviesan su mejor momento:
Lo que esperaba ser la gran atracción de Sevilla ha sido todo un fiasco y es que la noria de Sevilla esperaba tener unos 350.000 usuarios al año y a duras penas, llega a los 60.000. No sabemos si el motivo de este fracaso se debe al elevado precio de la noria (7,5€) o a que se encuentra a un 1,5 kilómetros del centro, pero lo que tenemos claro es que los ingresos no pueden hacer frente a esta atracción de alto coste.
Por otra parte, Isla Mágica, desde que abriese sus puertas en 1997, sigue siendo un atractivo turístico, pero no cuadran con las cifras: 12 millones de euros en pérdidas y una deuda de 20 millones. De momento, el parque de atracciones busca financiación, pero en caso de no remontar, sería inviable que pudiese seguir funcionando en un futuro.
Tampoco es corta la deuda que atesora el acuario de Sevilla: 5 millones de euros. A pesar de que sus inversores opinan que se trata de un buen negocio, hay quien opina que se trata de un precio excesivo, ya que los adultos pagan 15 euros y los niños mayores de 4 años, 10 euros.
¿Y vosotros? ¿Opináis que estas atracciones desaparecerán o creéis que podrán superar los obstáculos?
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