Cuando escuchamos la palabra «picnic», a nuestro cerebro le viene automática la imagen del tupper con tortilla de patatas y la neverita con los hielos y las latas de cerveza. Sin embargo, el picnic del siglo XXI ha evolucionado y ha ido un paso más allá. No nos referimos a que tengas que llevar al parque un menú cocinado por Dabiz Muñoz, sino que puedes darte un banquete campestre y echar un día de lujo en un parque por menos de lo que vale un menú del día.
Con estas claves para organizar el picnic perfecto en Sevilla, descubrirás que se puede ir mucho más allá de bocata y tortilla:
1. Elige el lugar apropiado
No olvides que la elección del lugar es importante. Por suerte, en Sevilla tienes dos opciones muy recomendables: el Parque de María Luisa y el Parque del Alamillo. Cada uno tiene sus pros y sus contras. En el primero podrás alquilar una bici o visitar monumentos emblemáticos del parque, mientras que en el segundo, tendrás más facilidades para aparcar el coche y abre desde las siete de la mañana hasta las diez de la noche en mayo y en junio hasta medianoche.
Si nos alejamos un poco de la ciudad, tenemos el Parque Porzuna, en Mairena del Aljarafe, un lugar que cuenta con un itinerario botánico y una de zona de merendero y barbacoas.
2. Lo más importante: la comida
Cuando nos vamos de picnic siempre apostamos por ir al supermercado más cercano y comprar un par de bolsas de patatas, unas pipas, unas tortillas precocinadas (aunque algunas sepan a plástico) y unas empanadillas. En absoluto nos parece un mal criterio, pero es cierto que a veces pecamos de flojos y compramos todo hecho cuando se pueden hacer platos la mar de sencillos y apañados. Por ejemplo: una ensalada con espinacas, queso, nueces, tomate y pasta. Fácil y sencillo. Tampoco hace falta cocinar una ración de cola de toro.
Lo que sí que puedes comprar directamente es el hummus. Mucho más saludable que unos fritos e infinitamente más bueno. Incluso puedes llevarte zanahoria cortada en tiras y usarlas a modo picos. ¡Para que luego digas que no te damos opciones sanas!
3. Lo segundo más importante: la bebida
No se concibe un picnic sin un par de cervecitas y un tinto de verano. Aunque también podemos comprar un par de zumos que hacen el apaño e incluso echar un termo para el café de la tarde (esto es para los domingueros de nivel avanzado).
Tampoco olvides los hielos y por supuesto, coge la típica neverita de los años 80 que hay en casa de tus padres.
4. Cubertería y mantelería
A no ser que vayas a hacer un picnic con Isabel Preysler, de este punto no te tienes que preocupar en exceso. Echa vasos y cubiertos de plástico, servilletas y el típico mantel a cuadros rojiblanco, o lo que tengas a mano. Como si es una manta del Bazar Oriente.
Y por favor, tira en la basura todos los utensilios antes de irte. Que algunos grupos de personas parecen piaras.
5. Música de ambiente
Basta con que te lleves el móvil o el típico altavoz inalámbrico. Eso sí, por favor, pon la música a un volumen en el que la escuchéis bien tus acompañantes y tú. Que la última vez que nos fuimos de picnic el vecino de al lado nos puso toda la discografía de Julio Iglesias a unos decibelios no permitidos por ley.
6. Juegos de mesa
Puedes optar por llevarte la baraja española o algún juego de cartas como el UNO, o bien puedes ir más allá y llevarte el Trivial, el Risk o el Catan. Todo es cuestión de gustos.
Y recuerda que lo más importante para un picnic de lujo, es la compañía. Con eso ya tienes el 90% de éxito asegurado.