Si todavía no conoces la historia del Quijote, no te preocupes, pues una visita a la Glorieta de Cervantes te mostrará de un solo vistazo toda la obra cumbre de la literatura.
Todos aquellos que se conozcan como la palma de su mano el Parque de María Luisa, sabrán que dentro de la Plaza de América, frente al Pabellón Real, hay una pequeña glorieta en forma octogonal, conocida como la Glorieta de Cervantes. Fue realizada en 1913, aunque ha sido restaurada en diversas ocasiones, siendo la última la de la Expo’92.
Esta glorieta cuenta con bancos decorados con azulejos que cuentan la historia de Don Quijote de la Mancha de forma gráfica, y por otra parta, anaqueles en los que podemos ver fechas y lugares importantes en la vida de Cervantes.
Este homenaje cervantino-quijotesco es una obra del mejor exponente de la arquitectura regionalista de Cervantes, Aníbal González, quien utilizó la técnica de cuerda seca para revestir azulejos. El responsable de las pinturas en sí es el pintor ceramista Pedro Borrego Bocanegra.
Cuando se inauguró el monumento, había dos anaqueles que culminaban con dos figuras de Quijote y Sancho, que funcionaban como librerías, pero fueron robadas y se tuvieron que reponer en la Expo’92.
Así que si todavía no conoces el legado de Cervantes y no tienes tiempo para leerte la mejor novela de caballerías de la historias, acércate a este pequeño homenaje de la literatura.
Fuente de la imagen de portada: Wikimedia Commons (De 888pablo888)