El DAR (nombre del coche eléctrico) no fue el único invento del ingeniero sevillano.
La batalla contra la contaminación atmosférica se hace más necesaria a cada día que pasa y uno de los principales retos de esta lucha es la necesidad de reducir el uso del petróleo y el gas. Para ello, es imprescindible que se regularice el uso del coche eléctrico y los dirigentes de la industria automovilística saben que es el futuro. Pero, por sorprendente que parezca, el primer coche eléctrico se inventó en el año 1838 cuando Robert Davidson logró mover una locomotora a 6 km/h sin usar vapor ni carbón. ¿Increíble, verdad?
Aun nos parece más curioso que el primer coche español que se movió sin combustible fue en el año 1946 y el ingeniero que lo diseñó fue el sevillano Francisco Domínguez-Adame Romero (Sevilla, 1905-1987), doctor en Ingeniería Industrial y catedrático de Hidráulica y Motores Térmicos.
Historia de película
Desde principio de los años 40, Francisco tenía en mente la idea de crear un coche eléctrico ante la escasez de combustibles y las restrictivas medidas impuestas en España tras la Guerra Civil, como la imposibilidad de circular con el vehículo determinados días según la matrícula. Francisco quiso sortear estas restricciones y se propuso crear un coche que pudiera esquivar estas nuevas normativas.
El primer intento fue un absoluto fracaso: se propuso cargar de electricidad un Fiat 508, pero fue imposible, por lo que llegó a la conclusión de que lo mejor que podía hacer era crear un vehículo partiendo desde cero.
La hazaña de Francisco también tiene un punto entrañable y heroico: diseñó el coche eléctrico y lo construyó con la ayuda de su familia en unos cinco meses.
Se creó en el sótano de su chalet en el barrio del Porvenir (Sevilla) y allí llevó a cabo los cortes de chapa con los que haría el chasis y la carrocería. En este proceso obtuvo una gran ayuda por parte de sus dos hijos y un amigo tornero, Antonio Herrera.
Compró los discos de ruedas de 16 pulgadas de un Opel en un chatarrero y su hermano le dio cuatro neumáticos viejos. Los frenos los hizo él mismo y el ensamblaje se llevó a cabo en el taller de la Escuela de Peritos Industriales.
El DAR, el primer coche eléctrico español
Si ya de por sí esta historia nos parecía merecedora de ser adaptada a la gran pantalla, nos resulta más peliculera al saber que el coche fue matriculado en 1946 como una marca comercial en el Ministerio de Industria con el nombre de DAR, las iniciales del apellido de Francisco: Domínguez-Adame Romero.
El DAR se propulsaba gracias a dos motores eléctricos hechos artesanalmente y con la baterías conseguía velocidades de 40 y 50 km/h, según el número de ocupantes y 80 km de autonomía.
Asimismo, tenía marcha atrás, punto muerto, conexión en serie y en paralelo de los motores y capacidad para cinco personas (tres asientos delanteros y dos traseros). ¿Y qué era lo mejor que tenía? No producía ningún ruido y no emitía humo.
El DAR fue más allá y se transformó en un coche híbrido porque años más tarde, con el fin de las restricciones le añadió un motor de gasolina y las baterías fueron sustituidas por un grupo electrógeno.
Agridulce final
Ojalá esta película hubiera tenido un final similar al de Chitty Chitty Bang Bang, pero esto no fue así: la familia usó el coche durante 12 años, pero en 1958 el coche fue vendido y así pudieron comprar un 600.
Aunque también hay que señalar que Francisco fue un inventor imparable y también tuvo otros proyectos de menor envergadura como un pequeño coche eléctrico de madera que construyó para sus hijos, un molino para elevar agua de forma económica y 40 gasógenos para turismos y camiones.
¿No os parece increíble que Sevilla fuera testigo de este hecho histórico?
Fuentes: Xataka / ABC / Electromovilidad
Fuente de la imagen de portada: iniciativasevillaabierta.es