
Unas obras del metro dieron con un ancla y restos de un barco bajo Plaza Nueva.
En muchas ocasiones hemos contado que hay una gran ciudad subterránea bajo la Sevilla que conocemos y un buen ejemplo de ello lo vemos en la calle Mármoles, donde se aprecia a qué altura estaba el antiguo suelo por el que caminaban los hispalenses. Se han descubierto todo tipo de hallazgos bajo tierra, pero sin duda uno de los más sorprendentes fue el barco islámico que apareció en el subsuelo de Plaza Nueva en el año 1981 durante las obras del metro.
Se excavó un pozo circular de 40 metros de diámetro, rodeado de una pantalla de hormigón, y en pleno drenaje de este se hallaron varios restos arqueológicos como ánforas y columnas de mármol, que pasaron a disposición del Museo Arqueológico Provincial de Sevilla, aunque nada comparable con lo que sería uno de los descubrimientos más sorprendentes a 11 metros de profundidad: un ancla y restos de un barco.
¿Pero cómo llegó un barco a pleno centro de Sevilla? Fácil explicación: se cree que el río antes discurría por esta zona y calles actuales como Trajano, Campana o Sierpes, pero el cauce fue desviado artificialmente, de manera que Sevilla está construida sobre el Guadalquivir. Esta teoría se asienta en los restos de ánforas que fueron hallados en la construcción del Teatro Imperial y el Hotel Inglaterra. De hecho, la configuración de la actual ciudad de Sevilla se debe a esta «doma» del cauce.
Una serie de estudios revelaron que los restos del barco pertenecían a una embarcación islámica, construida durante la etapa de la ocupación musulmana con el fin de transportar personas o mercancía hasta el puerto.
En cambio, el ancla era de origen bizantino y por su longitud de más de 2 metros se cree que pertenecía a un barco de un tamaño capaz de surcar el Mediterráneo.
Por cierto, si quieres saber más sobre la doma del Guadalquivir en Sevilla, te recomendamos que le eches un vistazo a este artículo.
Fuente de la noticia y la imagen de portada: ABC de Sevilla