¿Quién dijo que comer no era divertido?
Sevilla es una ciudad de bares de toda la vida, muchos de ellos centenarios. No obstante, la tradición a veces peca de monótona y hace años que la oferta gastronómica se está renovando.
En una ciudad con tres bares por cada mil habitantes, es fácil recorrer sus calles de bar en bar, de caña en caña. Por ello, pese a todas las nostalgias, nacen nuevos conceptos tan creativos como DepiKofino.
En la esquina de Eduardo Dato con Diego Angulo Íñiguez se encuentra este delicioso rincón. Además, cuenta con una amplísima terraza, de esas que tienen horas de sol hasta en los días más encapotados del invierno.
DepiKofino no deja de ser un gastrobar, aunque con varios ases bajo la manga. Las estrellas de la carta son la flor de alcachofa con anguila ahumada o el lomo de corvina con carbonara de mortadela. La codorniz asada a baja temperatura sorprende por su ingeniosa presentación, sobre una pequeña bañera que hace las veces de plato.
Así, no sorprende que su creatividad y sabor les llevaran a ganar Sevilla Tapas Week el año pasado. Como dice su chef Daniel Reche, «la cocina tradicional es la tradición adaptada a las exigencias de la sociedad actual».
Fuente de la portada: @salirdetapas / Instagram