La calle Alemanes es una pequeña joya histórica ubicada en pleno casco histórico. Su nombre se debe a una colonia de comerciantes de origen alemán que residieron allí y trabajaron frente a las gradas de la Catedral. Es una de los pocas calles sevillanas que conserva los soportales, cuya función era resguardar al viandante de la lluvia y de las altas temperaturas.
La próxima vez que paséis por la calle Alemanes fijaros bien en la terraza de uno de los bares que está bajo los soportales. Allí veréis un viga en el artesonado de madera. En ella hay una inscripción en la que se puede leer «Soy de Krebig«. Estas palabras nos transportan hasta el siglo XVIII y nos informan de que en este lugar había una tienda de cristal de Bohemia que pertenecía al señor Kreybig. La viga que hoy vemos no estaba donde se encuentra actualmente, sino que estaba en el marco de la puerta de entrada y servía de cartel.
¿No os parece curiosa esta historia?
Fuente de la imagen de portada: El Faro de la Jument