Así de rotundo lo afirma Greenpeace. Las medidas derivadas del estado de alarma ponen aún más en evidencia lo que ya sabíamos: el abuso del transporte privado envicia el aire de las ciudades que todos respiramos y que causa al año 20 veces más muertes que los accidentes de tráfico, según la Agencia Europea de Medio Ambiente.
El confinamiento forzoso decretado por el Gobierno ya ha dejado sus frutos en la calidad del aire de nuestras ciudades. Greenpeace asegura que tras la primera semana de cuarantena los índices de contaminación han llegado a «mínimos históricos». La reducción del tráfico ha sido drástico, de en torno a un 60 por ciento en ciudades como Barcelona o Madrid, y la relación, señalan los ecologistas, es obvia: «a menos coches, menos contaminación».
Sin coches, sin contaminación
Según el Movimiento de Entidades por el Clima de Sevilla, que aglutina a 40 organizaciones, la emisión de dióxido de nitrógeno (NO2) y de partículas en suspensión ha disminuido significativamente.
Los datos que ofrecen las estaciones de control de la calidad del aire que gestiona la consejería de Medio Ambiente demuestran que el nivel de las emisiones ha descendido en relación con los datos del mismo en 2015 y 2019.
Unos días sin tráfico bastan para limpiar la atmósfera. Esta afirmación la cataloga como «evidente» Adrián Fernández, responsable de la campaña de movilidad de Greenpeace. «De una situación tan difícil como la que estamos viviendo deberíamos extraer una lección: no deberíamos vacilar a la hora de tomar medidas contundentes siempre que se ponga en riesgo la salud de las personas», señala Fernández.