Parece que algunos de los pilares fundamentales de la agenda cultural de Sevilla no están consiguiendo resistir al envite de las circunstancias. Sucedía hace apenas unas semanas con la cancelación del Festival de Cine de Sevilla en su edición de 2023 o a la luz de las últimas noticias referentes al Teatro Lope de Vega, que cierra sus puertas en el último cuatrimestre del año.
Según las declaraciones de la delegada de Cultura, Minerva Salas, es una decisión motivada por el «lamentable» estado del espacio y para «subsanar diferentes deficiencias». En cualquier caso, señalan desde el consistorio, la programación y todos los espectáculos previstos se trasladarán al Cartuja Center Cite y al Palacio de Congresos y Exposiciones (Fibes).
Así, la razón esgrimida por la delegada se condensa en que «no es un espacio seguro», dirigiendo toda responsabilidad a los anteriores gobiernos municipales.
Las deficiencias del Teatro Lope de Vega
Existen, a la sazón, deficiencias relativas a la instalación eléctrica, vetustas medidas de protección contraincendios que no siguen la normativa, falta de protección del hueco del montacargas en la planta baja, riesgos de caída con la plataforma móvil del escenario así como la inundación de la bóveda principal en 2022, que podría derivar en un posible desprendimiento de la misma.
El Ayuntamiento tenía como plazo para acometer las intervenciones necesarias hasta este mes de septiembre. Por tanto, queda clausurado este Bien de Interés Cultural para emprender tres actuaciones iniciales, que «conllevará varios meses y algunos millones de euros» a fin de subsanar sendas deficiencias.
En cualquier caso, desde la oposición apuntan a una «incapacidad de gestión cultural». En esta misma línea, han recordado las obras llevadas a cabo en los anteriores mandatos y que abarcan la cubierta del teatro, la mejora de los techos, la climatización del espacio y el telón cortafuegos, entre otras acciones que «se compatibilizaron con la programación».