Borbotea es una oda al café como ritual, como experiencia.
El borboteo, en palabras de la dueña de esta cafetería, son las pequeñas burbujas que se manifiestan en el café recién hecho y que indica que se trata de un café fresco. De ahí el nombre de este espacio, que tiene mucho que ver con las raíces y el amor al café.
Ya hace años que Sevilla nos brinda la oportunidad de degustar auténtico café de especialidad. Por suerte para nosotros la tendencia sigue su curso y poco a poco van abriendo nuevos rincones de distinto carácter y una misma consigna: acercar un café delicioso a la ciudad de Sevilla. De esta manera, Borbotea forma parte de este concepto pero creando una atmósfera personal y un servicio variado, artesanal y siempre apoyando al pequeño negocio.
Del eje cafetero al corazón de Sevilla
Original de Manizales, una ciudad en el eje cafetero de Colombia, Natalia se formó como ingeniera agrícola, trabajó en la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia y decidió embarcarse (literalmente) en este proyecto que es Borbotea. En el número 62 de la calle Castellar, a medio camino entre San Marcos y calle feria, se alza este pequeño rinconcito del mundo cafetero.
Pero en Borbotea no solo se sirve café de especialidad (lo tuestan, por cierto, en Mr Chava) en todas sus variantes, notas y orígenes sino que también ofrece al visitante otros productos artesanales exquisitos y que bien le encajan a una taza de café. Aquí encontrarás almojabanas o papas rellenas colombianas; chocolate, limonada (de Patria Pura) o galletas artesanales.
La última de las bondades (ya ven que no son pocas) de Borbotea es que regularmente ofrece talleres baristas, de iniciación o catas de café.
Borbotea podría resumirse en raíces, respeto y pasión por el café. Una oda a toda su elaboración, como un ritual, como toda una experiencia. Todos estos elementos hacen de Borbotea un lugar con encanto y un recién imprescindible en tu ciudad. Por estas razones tienes que visitarlo.
Foto de portada: @borbotea / Instagram