Sevilla tiene un color especial. El Arco de la Macarena nos lo acaba de recordar durante las labores de restauración que se están llevando a cabo en la muralla. Unas obras que arrancaron el pasado mes de febrero y que desde hace un mes se centran en el arco. Durante las diferentes catas arqueológicas, los técnicos del Ayuntamiento se han percatado de que el color original era diferente al actual.
Así pues, originalmente, el color de la estructura sería el albero, pero de un tono más claro al que tiene actualmente. El resto de elementos, como las cornisas o los pináculos, también presentaban un color distinto, en este caso, rojizo. Tal y como informa el Diario de Sevilla, los colores se asemejarían a las de la actual iglesia de San Bartolomé, levantada en 1779 y que fue obra de José Echamorro.
Precisamente fue Echamorro el que condujo una reforma del Arco de la Macarena en 1795. Un espacio icónico de la ciudad hispalense que un 113 años más tarde, en 1908, sería reconocida como Bien de Interés Cultural (BIC).