
El Guadalquivir nace en la Cañada de las Fuentes (Sierra de Cazorla), tiene su desembocadura en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) y es el único río con un tráfico fluvial reseñable, aunque sólo sea navegable hasta Sevilla. Los árabes lo llamaron “Al-wadi al-kivir”, río largo.
Muchos pueblos están vinculados a esta fuente de vida, las primeras noticias remiten al pueblo de los tartesos (Si, los de la calle Tharsis, nombre de la ciudad que fundaron en la Edad de bronce). Los iberos, en concreto los escipiones, también se asentaron en el Valle del Guadalquivir, así como los fenicios. Los pueblos que se establecieron cerca del Guadalquivir constituyen gran parte de su historia.
En Sevilla, el Guadalquivir ha sido musa de poetas, pintores, testigo de amantes y hoy sigue siendo protagonista de la vida sevillana.
¿Qué hacemos hoy alrededor de esta fuente de vida?
Gracias al canal Alfonso XIII, puedes disfrutar de actividades acuáticas como piragüismo, remo, Wakeboard, Kayak Polo o SUB yoga. En definitiva, vas a combinar deporte y diversión en un escenario de primera.
La opción para los más sibaritas es un paseo en yate de lujo con degustación de ibéricos, rebujito y experiencia virtual. Sin duda, el mejor plan con amigos para rematar el fin de semana.
Pasear siguiendo el cauce del río es garantía de sosiego y recuperación mental. Seguro que estás viendo la panorámica: desde el Alamillo hasta la Torre del oro. Puedes elegir entre caminar, correr, ir en patines o en bici, no tienes excusa.
Siéntate al borde del río y contempla los colores de la calle Betis, parada infalible si estás acompañado.
O si lo prefieres, cambia de orilla y disfruta de un homenaje culinario en cualquiera de nuestras recomendaciones.
Tómate unas cervezas (Digo, refrigerios) en el césped junto al puente de Isabel II, o alíate con el Sol toda la primavera.
Y afírmate como amante de este río de cultura lleno de historia y lleno de vida.