No amasamos la fortuna de Amancio Ortega, ni tampoco tenemos una isla como Johnny Depp y no podemos darnos el «pequeño capricho» de contratar a un empleado para que les abrieran los regalos de Navidad como hicieron los Beckham, pero sí que podemos (y debemos) darnos ciertos caprichos en la vida.
Sabemos que fantaseas con comprarte un ático en la judería de Sevilla, sueñas con tener un catamarán privado para ir por el Guadalquivir y lo mejor de todo, te encantaría no tener que madrugar para levantar el país. Sin embargo, aunque no puedas hacer muchas de estas cosas porque tu cartera no da para tanto, sí que puedes darte un pequeño homenaje de vez en cuando:
1. Pasar una noche en una suite del Hotel Alfonso XIII…
y pedir que te traigan el desayuno a la mañana siguiente.
2. Comer en un restaurante con estrella Michelin como Abantal.
Por favor, olvida la idea de que vas a comer poco y mal, porque es toda una experiencia que tienes que vivir una vez (o varias) en la vida.
3. Emocionarte con una ópera en el Teatro de la Maestranza.
Es más, te recomendamos que algún año te compres el abono. ¡No te arrepentirás!
4. Pasar unos días en Las Casas de la Judería.
En serio, merece la pena estar unos días dentro de esta ciudad para perderse por sus laberintos y pasillos, y disfrutar de su spa.
5. Sobrevolar Sevilla en helicóptero.
Y sentirte Mister Grey versión hispalense.
6. Relajarte en un spa exclusivo.
Por ejemplo, el del hotel Ribera de Triana con vistas al Guadalquivir con baño turco y jacuzzi no está nada mal para aliviar tensiones.
7. Pedir comida de lujo a domicilio.
Como este menú para dos de Experiencia Kirei del grupo Kabuki (4 estrellas Michelin), un nuevo concepto gastronómico que te lleva comida japonesa de la mejor calidad a tu casa.
Fuente de la imagen de portada: Hotel Alfonso XIII