Últimamente, el 90% de bares de Sevilla tienen en su carta ceviches, nigiris y espuma de patata, pero, ¿dónde se queda la comida casera?
Que conste en acta que nosotros somos amantes de lo gastrobares, pero eso no quita que donde se ponga la comida casera de toda la vida que se quite el steak tartar. Sevilla es un caso excepcional, ya que es una ciudad en la que la tradición y la innovación conviven en paz y armonía, pero aún así muchas veces cuando salimos apostamos por lugares modernetes con jardines verticales y sillas recicladas, dejando al margen algunos de estos sitios en los que comerás mejor que en casa de tus padres:
El Rincón de Rosita
Solo hay una palabra para describir a Rosita y su comida: increíble. Todo lo que sale de sus fogones está riquísimo y de hecho, no es casual, que para los sevillanos sea uno de los mejores restaurantes de toda la capital hispalense. Te recomendamos el pastel de berenjenas con cabrillas y las albóndigas de choco. La relación calidad-precio está muy bien y por unos 15 euros puedes comer platos de calidad y generosos, ya que Rosita, como buena anfitriona, no permitirá que te vayas con hambre.
C/ Bécquer, 9
El Caserío
En una discreta bocacalle de Cuna podrás encontrar este restaurante que de primeras pasa totalmente desapercibido. La decoración no es gran cosa, pero tampoco hace falta, ya que lo que prima aquí es la buena comida casera y ,¡ojo! No es un lugar nada cutre, todo lo contrario. La camarera, Montse, no puede ser más encantadora y es imposible no repetir una vez que la conoces. Te avisamos que los platos no son reducidos precisamente y tras probar algunas delicias como los higaditos de pollo, la ensaladilla o la merluza con mayonesa no podrás hacer otra en todo el día que asentar la comida.
C/ Acetres, 7
Los Cuevas
Es el típico restaurante perfecto para llevar a los padres que pasan de moderneces y les gusta la «comida de toda la vida». Se nota en todos los platos que la materia prima es muy buena y hasta cosas tan sencillas como el salmorejo están de muerte. No es un lugar muy barato (unos 20 euros por cabeza), pero es cierto que comes muy bien y merece la pena ir solo por berenjenas con miel y alcachofas con almejas.
C/ Virgen de las Huertas, 1
Antigua Abacería de San Lorenzo
Es importante que cuando vayas predispuesto a comer aquí tengas en mente lo siguiente: se viene a comer en condiciones, no a tapear. Ponemos la mano en el fuego a que a toda tu familia le encantará este restaurante porque se come tranquilamente y disfrutando de cada plato sin prisa. Todos los días tienen un guiso casero distinto y los platos van variando según la temporada. Es recomendable que reserves, ya que la gente suele tardar bastante cuando va a comer.
C/ Teodosio, 53
Bar Kiko
Los platos no lucirán en Instagram como los de un gastrobar, pero en tu estómago quedarán de maravilla, ya que es comida 100% casera. El San Jacobo está de lujo y los guisos también son perfectos para un día en el que te apetezca comer si estuvieras en casa de tus padres. Lo mejor de Bar Kiko es que es uno de los pocos lugares por la Alfalfa en el que podrás comer en grandes cantidades (y bien) por menos de 10 euros.
C/ Herbolarios, 17
Fuente de imagen de portada: Abacería San Lorenzo