Soy una de esas personas afectadas por la oleada de Pottermanía que invadió el mundo hace más de una decena de años. Todavía sigo esperando con ilusión la carta de Hogwarts e incluso de vez en cuando miro LinkedIn para ver si hay alguna oferta para ser auror o trabajar en el Diario El Profeta. Me tuve que conformar con llamar Hedwig a mi hamster (no le iba a poner el nombre de cierta rata traidora) e incluso tuve en mis manos una Saeta de Fuego del Bazar Oriente. Entiendo que la señora Rowling optara por ambientar toda la saga en Inglaterra, pero estoy seguro de que si J.K hubiera bajado a Sevilla antes de escribir Harry Potter la historia habría sido muy diferente…
1. El Rectorado hubiera sido el escenario perfecto para recrear Hogwarts.
2. La calle Sierpes hubiese sido el callejón Diagon perfecto. ¡Imposible apreciar la diferencia!
3. Ron se hubiera llamado Rebujito Güisli.
4. Harry, Ron y Hermione siempre quedarían para tomar una cañita de mantequilla en La Gitana Loca.
5. El medio de transporte sería el Escovici (aunque las escobas pesarían más que Hagrid).
6. La varita de Harry estaría hecha con morro de cerdo de pata negra.
7. El baile de Harry Potter y el Cáliz de Fuego por el Torneo de los Tres Magos se celebraría en la Feria y Hermione sería la flamenca con más arte.
8. Snape no hubiera sido el despiadado profesor que oculta un gran corazón, sino un ‘malafollá‘.
9. Las arañas dejarían de ser la fobia de Ron, para pasar a tener cucarachafobia. Nunca podría superarlo el pobre.
10. Los dementores se evaporarían con los 50º de agosto.
11. Rita Skeeter sería Antonio Burgos.
12. Sirius Black, Remus Lupin y Nymphadora Tonks saldrían de fiesta por la Alameda y acabarían desayunando churros.
13. Ron se compraría las túnicas y la varita de segunda mano en el mercadillo del Charco de la Pava.
14. Harry se pillaría unas cogorzas tremendas por la Alfalfa cada vez que tuviera problemas con Cho o Ginny.
15. La maldición ‘Avada Kedabra’ se sustituiría por ‘Vete ar carajo‘.