Cuando la gente de fuera viene a Sevilla, les llama la atención que todos tenemos una gran pertenencia a nuestra ciudad y que se nos hincha el orgullo al hablar de ella. Algo normal, teniendo en cuenta nuestro carácter abierto y extrovertido, las maravillas turísticas que ofrece y una gastronomía envidiable.
Sin embargo, este sentimiento de pertenencia también se debe a esas cosas que solo se pueden catalogar de una forma: muy nuestras.
El olor de la Semana Santa
Calles donde predomina el color albero y carmesí
El arte en forma de cerámica
Filosofía del buen vivir
El albero
Arte donde menos te lo esperas
El sentido del humor
El cambio de sustantivos: una manzana es un pero y los altramuces son chochitos.
Los bares cofrades
La supervivencia