Todos los que hemos estudiado en la Facultad de Comunicación de Sevilla (más conocida como la Fcom) nos hemos pasado media vida quejándonos de las pocas salidas laborales, de lo lejos que estaba o de algunos profesores que eran más añejos que un T-Rex. Sin embargo, al final son tantas las horas que echas allí dentro y las amistades que haces, que le coges cariño sobre todo, cuando recuerdas estas cosas:
1. El comedor pertenece más a los ingenieros que a los propios estudiantes de Comunicación. Siempre nos inquietó lo que servirían en su facultad…
2. Ni el mejor laxante del mundo era más efectivo que el café que te servían en la cafetería.
3. En todos los pisos de estudiantes hemos tenido los pósters de El Principito, El beso (tanto la foto de Doisneau como el cuadro de Klimt) o el típico de los gatos. Básicamente porque siempre estaba vendiéndolos en la facultad a todas horas.
4. Hay una pieza de arte incomprendida que se revalorizará con el paso de los años y se llevará al CAAC: la tubería de la entrada.
5. La Facultad de Comunicación tiene su propio Woody Allen y trabaja en la biblioteca (o en la videoteca).
6. Todos hemos matado el tiempo en las salas de visionado de las videotecas donde tienen unas pantallas que se conservan desde la Guerra Fría.
7. La copistería es la zona con más humor por metro cuadrado de la Facultad.
8. Todos nos hemos hecho la típica foto de postureo con la cámara y nos la hemos puesto de perfil para presumir, aunque realmente nuestro conocimiento era más nulo que el de los de «Mujeres y Hombres» sobre Nietzsche.
9. Las mejores clases las dimos en el parquecito de atrás con una caña en la mano.
10. Existe la paz y luego está lo que dejaban los ingenieros cuando se bajaban del C2.