¿Te gustan los lugares con cartas atípicas? ¿Eres la típica persona que siempre pide «lo más raro de la carta»? Si la respuesta es «sí», tenemos un lugar que recomendarte.
Como el 99% de los seres humanos, me dejo llevar por el aspecto de la comida y en muchas ocasiones he elegido ir a un restaurante viendo su cuenta de Instagram. Sin embargo, este no es el caso de Zalata, donde fui con mi pareja porque había leído la historia de su propietario, que paso a relataros:
Younes Belbaida es marroquí y empezó a trabajar en Casablanca a los 16 años como friegaplatos en un restaurante francés, y allí mismo dio sus primeros pinitos en los fogones con chefs franceses. Después se fue a perfeccionar su técnica a Francia y adquirió conocimientos de gastronomía italiana, japonesa, francesa y española. Cuando llegó a Sevilla, por fin cumplió su sueño: abrir su propio restaurante en el número 17 de la calle Doña María Coronel.
Es por esta razón que fui a Zalata. Porque antes que una imagen de algo apetecible, me gusta más una buena historia y este local la tenía y más allá de las palabras la experiencia fue realmente buena.
El local es muy pequeño y de hecho, no hay mucha separación entre las mesas, pero es cierto que desde que entras los camareros te reciben con una sonrisa y se nota que es uno de esos locales donde se respira el compañerismo y se escucha buena música.
En la parte importante, la carta es una fusión de gastronomías de diferentes países, por lo que te encuentras cosas tan particulares como la pastela de cola de toro, el ceviche de corvina o el foie gras a la plancha con torre de peras.
A mi novio y a mí, lo que más nos gustó fue el pulpo acompañado de un puré de apio bastante bueno y los raviolis de sepia con salsa pesto. Aunque también te recomendamos el trigo cremoso con boletus.
Nos quedamos con ganas de probar algunas cosas como las setas salteadas con huevos poché o la curiosa mini hamburguesa de sardinas y patatas. Eso sí, no dudaremos en volver pronto para tachar esto de la lista.
La única objeción que le pondríamos a Zalata es que se pasa un poco de precio. Mi novio y yo (que también es cierto que comemos más que una lima sorda) pedimos una copa de vino cada uno y unas 7 tapas, ya que son de un tamaño reducido, y todo salió por unos 45 euros.
A pesar del precio, te recomiendo que te des un homenaje y disfrutes de esta experiencia culinaria, la cual por cierto, es muy recomendable para una cena en pareja de esas que destilan más romanticismo que La dama y el vagabundo.
Fuente de la imagen de portada: Facebook de Zalata Tapas & Bar