
Sevilla siempre nos depara más de un secreto como la base secreta bajo el Rectorado o la casa de los Kreybig. El último descubrimiento es un par de galerías subterráneas (aljibes), con sendos túneles de acceso, bajo el el Patio de los Naranjos de la Catedral.
Este hallazgo desestima los anteriores estudios arqueológicos, ya que hasta ahora se creía que había un aljibe bajo cada naranjo y resulta que solo hay dos aljibes bajo el patio y no once como se creía. De hecho, uno de ellos ya se conocía y se limpia periódicamente. Tiene unas dimensiones similares a un túnel de metro, por lo que se puede visitar a pie.
El otro aljibe es nuevo para los arqueólogos, al igual que también lo son los túneles de bajada hasta el inicio de las galerías. La primera hipótesis que se baraja es que los aljibes y los túneles interconectados garantizaban el suministro de agua para el mantenimiento de la mezquita, ya que un edificio de tales proporciones requería agua para su uso ordinario. Estas galerías son un gran ejemplo de la arquitectura hidráulica almohade que se puso en práctica en la antigua mezquita.
El nuevo aljibe tiene más de 30 metros de longitud, 3,05 metros de altura y 3,40 metros de anchura. El túnel de acceso es una escalera subterránea fabricada en ladrillo que desciende 1,65 metros y cuenta con once peldaños. Gracias a estos descubrimientos se podrá seguir investigando la mezquita mayor de Sevilla.
Este hallazgo ha sido posible por la reforma acometida en la parroquia del Sagrario, la cual se lleva a cabo por el hundimiento que se registró hace tres años. Este proyecto es una obra de los arquitectos Ignacio Villa Barbacid y Javier Haro Geppi, que han trabajado a petición del Cabildo Catedral y también se han encargado de reformar los salones altos de la sacristía y las oficinas parroquiales, además de la excavación de un sótano.
Fuente de la noticia e imagen: Diario de Sevilla – Carlos Navarro Antolín