
Un siglo atrás eran las huertas del Real Alcázar, pero ahora se han convertido en unos jardines de visita obligatoria.
Desde el año 2002 son Bien de Interés Cultural y no es para menos, ya que esta zona verde abarca 8500 metros cuadrados y alberga importantes monumentos como el de Colón.
El monumento a Colón se levantó en el año 1921 a partir de una idea de José Laguillo, que llevó a cabo una suscripción popular para financiarlo. El arquitecto Juan Talavera y Heredia y el escultor Lorenzo Coullaut Valera participaron en este proyecto de forma gratuita. Es curioso que a pesar de ser un monumento a Colón, se le conoce como la fuente del león y cuando los niños preguntan dónde está Colón se les dice que lo comió el león.
Los terrenos de los Jardines de Murillo fueron cedidos por el monarca Alfonso XIII a comienzos del siglo XX. En la zona había trozos de muralla, pero estos fueron derribados para crear una zona verde que comunicase el sureste del barrio de Santa Cruz con la Ronda Histórica.
El nombre de Murillo lo propuso José Laguillo y Bonilla, director del periódico El Liberal, en honor al pintor barroco, ya que este fue enterrado en una iglesia cercana a la plaza de Santa Cruz.
Otro rincón de los Jardines de Murillo es la plaza de los Refinadores, donde nos encontramos con una estatua de don Juan Tenorio, obra de Nicomedes.
Antes se les conocía como jardines del Retiro y no tenían diseño ninguno, hasta que 1915 Juan Talavera lo levó a cabo y ha perdurado hasta nuestros días.