Está probado científicamente que el ser humano dilata las pupilas y le sube el nivel de adrenalina ante un estímulo auditivo compuesto por dos palabras: low-cost. Cualquier actividad que esté haciendo el individuo es interrumpida cuando escucha este sonido, que también tiene la capacidad de activar la vena del consumismo compulsivo.
Lo bueno que tenemos en España es que a eso que llaman de ser un gorrón y echarle cara aquí lo llamamos “picaresca”, que suena hasta elegante. Lo bueno del low-cost es que gusta a todo el mundo, aunque seas Bill Gates. Y si juntamos estas mágicas palabras a “comida” ya es la combinación perfecta . Nosotros hemos hecho una búsqueda exhaustiva de los mejores bares de Sevilla que se ajustaban a esos criterios y este es el resultado:
1. Los Coloniales: la mejor opción para llevar a las visitas y es que hasta las personas que no suelen probar más sitios más allá de McDonalds y Burger King les encanta. La gente se suele sorprender cuando ve el tamaño de las tapas. Mi comida favorita es el manjar blanco, que es un pollo relleno cubierto con salsa de almendras. Eso sí, cuando vayáis asumid que tendréis que hacer cola sí o sí porque siempre está a rebosar de gente, aunque luego compensa porque son extremadamente rápidos a la hora de traer los platos.
C/ Fernández y González, 38 / Plaza del Cristo de Burgos, 19
2. Taberna Santa Marta: la primera regla para ir es que tenéis que mentalizaros y a ser posible no haber comido unos 24 horas antes. La segunda regla es que no podéis iros de allí sin pedir su plato estrella: el flamenquín, que de “quín” no tiene nada. Es tan grande que incluso te agobia porque te ves incapaz de acabártelo. Y lo mejor es que encima está riquísimo y lo podéis compartir entre cuatro (no es una exageración). Si sois capaces de acabarlo probad la tortilla de patatas.
C/ Angostillo, 2
3. La gorda te da de comer: con este nombre ya os deja claro que hambre no vais a pasar. Las raciones son abundantes y de precio sale mejor que bien. A mí me encantan sus filetes rusos y el solomillo a la carbonara. Y los camareros son de lo mejorcito de Sevilla. Ni en los mejores restaurantes son tan simpáticos y agradables en todo momento.
C/ Faustino Álvarez, 1
4. Levíes: se come barato y decente. Puedes comer bien de tapas y quedarte lleno. También es cierto que llenan con patatas fritas todos los platos. La mayor pega es que varias veces que he ido el servicio suele tardar bastante aunque no haya casi nadie, así que si vas con prisa ni lo intentes. Mi consejo es que pidáis las papas al provolone.
C/ San José, 15
5. Trianilla: no es de los más baratos de la lista, pero sí que es económico para la calidad que ofrecen. Probad sus canelones de carrillada y fijo que volveréis. El único defecto es que su carta no es muy extensa.
C/ Manuel Pareja Obregón, 2
6. Casa Carlos: el trato es muy bueno y la comida muy generosa. Tiene una ventaja y es que la cocina cierra a las dos, así que es perfecto si te entra el gusanillo después de tomarte un par de cervezas. Sus lagrimitas de pollo y el pescaíto frito son una buena elección.
Avda. Menéndez y Pelayo, 7
7. Las Columnas: platos abundantes, precios bajos. La comida es fritanga con aceite reusado pero claro sabes que vas a lo que vas. Otro defecto es que es autoservicio y eso echa a gente para atrás. Os lo recomiendo si vais mirando precio bajo por encima de todo. Calidad lo que dice calidad no tiene.
Alameda de Hércules, 19