Todos hemos llegado nuevos a una ciudad en la que no conocíamos nada y hemos sido más patéticos que Alfredo Landa en Vente a Alemania, Pepe! Pero ya lo decía Alejandro Sanz cantando La tortura que “de los errores se aprende”, así que no tengas miedo a hacer el ridículo porque todos la hemos liado alguna vez y seguro que si alguna vez fuiste nuevo en Sevilla has cometido alguno de estos errores:
1. Aceptar romerito: vas caminando por la Avenida de la Constitución mientras miras asombrado la inmensidad de la Catedral cuando una señora te ofrece romerito. «¡Qué amable esta ciudad! ¡Qué bien tratan a sus nuevos vecinos!», pensarás tú inocentemente. No serás el primero al que le han leído el futuro y se ha quedado con cara de pasmarote cuando le han pedido la “voluntad”.
2. Aparcar en el centro: da igual que seas Spiderman, Superman o un mutante, porque no existe un superpoder para encontrar aparcamiento por el centro. Es más probable que encuentres un trébol de cuatro hojas a que encuentres un sitio para dejar el coche en menos de dos horas. ¡Forastero, la próxima vez déjalo en Cartuja!
3. No conocer el metro: ¡Qué bien! ¡Sevilla tiene metro como Madrid, Barcelona y Valencia! Podré ir a cualquier lugar de la ciudad en menos que canta un gallo. Voy a cogerlo para ir a la Macarena. Espera… ¡¿Por qué el metro no llega ni a Santa Justa?!
4. No controlar el tiempo del Sevici: no hay cosa que más les guste a los nuevos ciudadanos que llegan que darse su buen paseo en bici para conocer la ciudad sobre ruedas. Lo malo es que nadie les explica ciertas cosas como lo que pasa cuando te pasas de media hora o no introduces bien la bicicleta en la borneta.
5. Equivocarte de zona: vas a una inmobiliaria y ellos te enseñan un encantador piso en pleno casco histórico donde se respira la Sevilla de verdad. Lo malo es que no te dicen que en la Alfalfa también se oye la fiesta de Sevilla verdadera. Siempre te quedarán unos tapones para los oídos.
6. Feria: cuando ves la portada de la Feria ya crees que tu mayor sueño de asistir a una de las celebraciones más importante del país se va a cumplir. Pero claro, después te das cuenta que la mayoría de las casetas son privadas y que vas a tener que irte a las públicas en las que te gastarás el sueldo del mes en jarras de rebujito.
7. Continuar la fiesta más allá de tus posibilidades: estás tan agusto en la Alameda que no te quieres ir por nada del mundo y estás dispuesto a pagar 10 € por entrar a un antro. ¡Pero no te equivoques! Vas a entrar a un sitio en el que además de ser cutre no te dicen nada de que vayan a cerrar en un cuarto de hora…