Coronando el Valle Medio del Guadalquivir, el de Almodóvar del Río resulta en uno de los castillos medievales mejor conservados de Europa, una joya imponente que tienes a menos de 2 horas de Sevilla. Su aspecto, eso sí, no ha permanecido incólume en sus trece siglos de historia.
Son muchas las localidades vecinas desde donde se puede otear esta fortaleza, edificada estratégicamente sobre una colina a 252 metros. Junto al río Guadalquivir, próxima a Sierra Morena y a medio camino entre Córdoba y Sevilla.
Almodóvar del Río —otrora Almudawar Al-Adna, allá por el siglo IX— y también su castillo se vincularon al Califato de Córdoba, pertenecieron a la Taifa de Carmona, también a la de Sevilla y al Imperio Almohade hasta que se entregara a Fernando III «El Santo» en los primeros esbozos del siglo XIII.
En los tiempos que siguieron, pasó de ser residencia real a formar parte de la Orden de Calatrava, en primer lugar, a la de Santiago, posteriormente, sometiéndose a diversas ampliaciones.
No sería hasta 1629 que Francisco de Corral y Guzmán, Conde de Torralba, se hiciera con esta propiedad que con los siglos fue quedando desvencijada.
El Castillo de Almodóvar recupera su esplendor

Mucho tendría que pasar hasta conseguir sacar el lustre que hoy luce esta fortaleza cordobesa. Hay que viajar a las postrimerías del siglo XIX. Rafael Desmaissières y Farina, que apenas con 29 años heredó el Condado de Torralva, se empecinó en restaurar el castillo.
Para tal propósito trabajó con el arquitecto Adolfo Fernández Casanova, responsable de la restauración de la Catedral de Sevilla y que también se entregaría al ambicioso proyecto de adecentar y embellecer este bien andaluz. Las obras se prolongarían desde el año 1901 hasta el estallido de la Guerra Civil.
Cerca de 800 operarios trabajaron a lo largo de 36 años a fin de habilitar un camino de acceso y restaurar las murallas, almenas y torres que hoy reciben a miles de visitantes anuales.
Visitas y actividades en el castillo
Fernando de Solís-Beaumont, el tataranieto del XII Conde de Torralva, es propietario de esta edificación que abriría sus puertas al público en el año 2001.
El resto, como imaginarán, es una consecución de curiosos visitantes, atraídos por este recinto amurallado que podrás recorrer en su totalidad (salvo el Palacio Neogótico). Sus torres, dependencias, patios, el mirador, el Jardín del Foso o su Plaza de Armas.

¿Cuánto cuesta visitar el Castillo de Almodóvar?
Además, se ofrecen visitas guiadas, teatralizadas y escolares a este espacio así como actividades culturales que van salpicando el calendario anual. Así las jornadas medievales, que se celebran en marzo abril y octubre; los entrenamientos en combate; su almuerzo medieval, su divertido ágape o la noche de la Luna Negra. Tienes todos los detalles y fechas en la web del castillo.
En cuanto a los precios para acceder al mismo, la tarifa general es de 10 € (8,5 € entrada reducida, 6 € niños hasta 13 años).
Localización de películas y series

La belleza del monumento, especialmente en lo que refiere a su marco, no escapa a nadie; tampoco a productores cinematográficos y los relativos a la pequeña pantalla. Y es que el Castillo de Almodóvar, cuyo éxito alcanzó el cenit cuando se convirtió en Altojardín (Juego de tronos), ha servido como localización para diversas películas y series.
Sí, Olenna Tyrell y Jamie Lannister consiguieron popularizar este destino hace cerca de una década, pero ya anduvieron por aquí otros personajes carismáticos.
Juanito Valderrama se paseó por las inmediaciones del castillo en El rey de la carretera (1956) e hicieron lo propio Ava Gardner y Omar Sharif durante el rodaje de Harem (1986). También la serie noventera Al Ándalus, el camino del sol o la película Entrelobos (2010) vieron en este castillo un formidable escenario.
Restaurantes en Almodóvar y alrededores
Con respecto al yantar, Almodóvar del Río tiene la fortuna de contar con un restaurante distinguido con la Bib Gourmad de la Guía Michelin. La Taberna de Cuatro Caminos ofrece una cocina sencilla y ligeramente actualizada capaz de aportar aire fresco a la propuesta gastronómica de la mancomunidad.
Destacan sus celebradas croquetas, una receta original del cocinero Ricardo Arribas, o su mazamorra. Eso sí, no falta salmorejo cordobés; el revuelto del cortijo, otro de los clásicos de esta casa; o el churrasco “La Taberna” de solomillo ibérico Valle de los Pedroches (Sierra Norte Córdoba).
Otros buenos restaurantes son Peña Flamenca La Soléa, Mesón La Bodeguita o La taskita del sibarita, todos ellos en Palma del Río.