Manuela de Luna, una artillera de la Guerra de la Independencia.
En muchas ocasiones, la historia no hace justicia a todos por igual y margina a muchos personajes que consagraron toda su vida a hacer de éste un mundo más justo para todos. Es el caso de Manuela de Luna, una sevillana olvidada en los libros de historia, que tuvo que hacerse valer en un mundo de hombres.
Manuela de Luna nació en Fuentes de Andalucía (Sevilla). Participó en las batallas de Bailén y Tudela y encabezó una resistencia heroica en el primer sitio francés de Zaragoza. Ayudaba a su marido artillero a cargar el cañón -la llamaban Sánchez por éste- y la nombraron capitana por su coraje. Incluso después de dar a luz, cuando no podía ser artillera, luchaba con el fusil en una mano y con su hijo en otra.
La única superviviente
Manuela de Luna recibió un sablazo en la espalda y un balazo, y después fue prisionera. Consiguió escapar de los franceses y se reunió con su marido en Zaragoza, asediada por el ejército de Napoleón. Desgraciadamente, a su marido le reventaron la tapa de los sesos, que ella guardó en su pecho liados en un pañuelo.
Manuela de Luna fue la única superviviente de todos los artilleros y tuvo el valor de resistir 12 horas, hasta que una bala de fusil le dio en el cuello y cayó. Sin embargo, no murió en el acto, sino que fue apresada y consiguió escapar.
Tras esta gesta, nombraron capitana a Manuela de Luna. Asimismo, le asignaron 32 reales diarios y le pusieron dos escudos en el brazo izquierdo con un castillo y un león, con una frase que dice “Por la defensa de Zaragoza, el primero, y el segundo, Premio del Valor”. A sus 22 años y viuda, Manuela pidió a la Junta de Zaragoza volver a la batalla de nuevo.
La historia ha tratado mejor a otras heroínas similares, como Agustina de Aragón, Manuela Sancho y Manuela Malasaña, encumbradas por enfrentarse a los franceses en la Guerra de la Independencia. Sin embargo, Manuela de Luna es un personaje olvidado. Tan solo en su localidad natal de Fuentes de Andalucía hay un azulejo que hace alusión a ella. Esperemos que en un futuro próximo la historia sea más justa y ponga en el lugar que se merece a Manuela de Luna y a tantas otras mujeres con valor y coraje.