Desde Sevilla Secreta, aplaudimos a todos aquellos emprendedores que deciden crear una empresa cultural que contribuya a la difusión de la historia de nuestra ciudad. Sevilla tiene un gran patrimonio artístico y ha sido cuna de grandes civilizaciones, por lo que se agradecen iniciativas como la startup cultural que han creado Carlos Jiménez y Moisés Hidalgo: La Odisea de la Historia. Su proyecto es innovador y tiene un objetivo claro: que la gente viva la historia más allá de las palabras. Uno de estos emprendedores, Carlos, nos cuenta cómo tomó forma este proyecto, las dificultades que tiene un emprendedor en España y de paso, algunos de los secretos mejor guardados de la capital de Andalucía.
¿Cómo surge la idea de La Odisea de la Historia?
Moiséis y yo estudiábamos Humanidades cuando decidimos presentarnos a un concurso de emprendedores. Pensábamos que la historia y la investigación no debía quedarse en los círculos cerrados de la facultad, así que presentamos un proyecto y quedamos semi finalistas. No suponía ninguna dotación económica, tan solo reconocimientos, pero no queríamos que se quedase ahí. Dos años después lo retomamos y recibimos una ayuda para «Jóvenes con ideas».
¿Qué tipo de rutas ofrecéis?
Experiencias turísticas, pero no la típica visita guiada con una persona que te explica la historia delante de una fachada, sino vivir la historia como una experiencia más emocional. Se hace a través de rutas gastronómicas, rutas experienciales donde haya 3D, recreación histórica, música, espectáculos, vino… Todo para que sea un conjunto ameno y divertido. Creemos que la historia no debe ser la de los grandes hechos o las grandes batallas, sino más bien la historia de las mentalidades. De hecho, nuestra próxima ruta que comienza el sábado 20, es la historia del sexo en la Antigua Roma. A través de piezas del Museo Arqueológico se explicará cómo estaba relacionado el sexo, el vino y el amor. A continuación, se da una cata de vino de reconstrucción histórica a partir de las moléculas de ánforas para saber cómo sabía el vino hace 2000 años. El objetivo es que la gente se sienta partícipe y no se quede en una mera visita.
¿Vuestro público objetivo está más centrado en la población autóctona o en el turismo?
La idea es empezar a nivel local y ampliarlo a nivel nacional en un futuro. También hemos pensado fomentar el turismo de interior. Por ejemplo ir a Osuna y montar una ruta de Juego de Tronos porque hay muchos fans de la serie e incluso recrear batallas medievales. También nos gustaría dar visibilidad al Festival de Cante Jondo de la Puebla de Cazalla. Hay extranjeros que vienen a verlo y sin embargo, no está nada explotado. Ni el propio Ayuntamiento sabe explotar ese turismo y es un hecho que hay un potencial ahí que no se está explotando. Nuestro proyecto también fue seleccionado porque fomentaba el turismo de interior y no se quedaba en las visitas a los monumentos más importantes.
¿Os habéis enfrentado a algún problema al crear esta startup?
La verdad es que todo ha sido un largo recorrido. Hemos tenido trabas, ya que la historia y la cultura a veces no se valora. Nuestro proyecto se ha quedado muchas veces a las puertas porque funcionan más los de innovación tecnológica. Eso nos frustraba, pero también queremos pensar que se puede hacer.
¿Qué tienen de especial vuestras rutas de Sevilla que no tengan otras?
Rutas son experienciales. No queremos que sea un mero recuerdo, sino que sea una experiencia inolvidable. A eso le sumamos los talleres. Por ejemplo, si tenemos una ruta experiencial sobre la historia de la Antigua Roma, nos gustaría que hubiera un taller de cocina relacionada con esta. No queremos que sea lo típico que se escucha en las aulas.
¿Qué tiene Sevilla que no tenga otra ciudad?
Sevilla es una de las capitales andaluzas con más historia. Aquí estuvieron muchas civilizaciones: los fenicios, los romanos, los árabes… Hay un gran legado cultural y pensamos que se podría explotar más. Por ejemplo, en el Museo Arqueológico hay piezas claves para entender nuestro pasado como los orígenes de grandes emperadores como Trajano o Adriano. En cambio, al museo no se le da la difusión que requiere y apenas tiene visitas. En cierto modo, ese es otro problema. Por ejemplo, cuando hemos hablado con la Junta de Andalucía y con el Museo Arqueológico para darle difusión a este, nos hemos encontrado con un muro: no se pueden hacer actividades con fines lucrativos en espacios públicos. Al final tenemos que recurrir a empresas privadas y a otros espacios que nos ayuden a hacer estas rutas experienciales porque, aunque el sector público haya contribuido, nos ha apoyado más el privado. Creemos que se tendrían que dar más oportunidades a las empresas que divulguen la cultura.
¿Creéis que Sevilla sabe explotar bien el turismo o hay alguna asignatura pendiente?
En Sevilla no solo tenemos el Alcázar y el Catedral. Ahí se hacen la mayoría de visitas guiadas, pero hay lugares desconocidos como el Hospital de la Caridad o el convento de la Macarena donde todavía resuena la historia de la Peste Negra. De hecho, nosotros queremos hacer una visita sobre la peste bubónica porque fue un acontecimiento histórico que se llevó por delante a miles de personas. También hay otros lugares en el barrio de Santa Cruz donde hay pequeñas muestras del mundo sefardí, no solo a nivel arqueológico, sino también sobre sus mentalidades. Sevilla tiene una asignatura pendiente y son los museos. Quizás el caso más notorio es el Arqueológico, pero tampoco se explota el de Bellas Artes o el de la Cartuja, que parece que no va nadie y hay cosas increíbles. Luego, hay otras cosas que no se conocen como las columnas de la calle Mármoles o las inscripciones que hay en la base de la Giralda.
Nuestra página Sevilla Secreta se toma al pie de la letra su nombre ¿podríais compartir algún secreto sevillano con nosotros?
Una cosa curiosa es que a raíz de la etimología del nombre de la ciudad, «Híspalis», dicen algunos historiadores que Sevilla vendría a ser una ciudad sobre palos porque hace 2000 años era una especie de Venecia. Esto se aprecia por ejemplo en la calle Mármoles cuando vemos al nivel que se encuentran las columnas romanas.
Os dejamos con el cartel de la Ruta de sexo, amor y vino en la Antigua Roma y su página web para que podáis saber más sobre las rutas experienciales de La Odisea de la Historia.