El próximo viernes 29 de noviembre, Sevilla se suma a la lista de ciudades que albergan un rincón dedicado a las focaccia italianas. Divorare abrirá su primer local en la capital andaluza en la céntrica calle San Jacinto 37. Para celebrar su llegada, el restaurante ha preparado una jornada inaugural con sorpresas: focaccias a mitad de precio a partir de las 19:00 y un regalo exclusivo para los primeros en llegar, que se llevarán una sudadera oficial de la marca.
Divorare combina la esencia de la tradición italiana con un enfoque moderno, centrado en un producto que, aunque humilde, se ha convertido en una auténtica obra de arte culinaria: la focaccia.
Con siete locales en Madrid, uno en Valencia y ahora una nueva tienda en Sevilla, Divorare se mueve llevando consigo sus recetas de focaccia como Come a Casa, que combina la suavidad de la mortadela (D.O.P.) con la stracciatella, el pesto y el toque crujiente del pistacho; o la contundente Rapaci, con porchetta (D.O.P.), patatas rostizadas y crema di parmigiano.
La cadena también cuenta con un obrador propio, donde se elabora diariamente la masa de sus focaccias, siguiendo un proceso que incluye una fermentación de 48 horas. Este cuidado artesanal, combinado con el uso de harinas italianas y una hidratación del 80%, permite alcanzar la textura esponjosa justa del mítico pan italiano.
La calidad de las focaccias de Divorare se avala con el uso de ingredientes con Denominación de Origen Protegida (D.O.P.), un sello que garantiza su autenticidad. Entre ellos se encuentran clásicos como el prosciutto crudo o la burrata, ingredientes imprescindibles en las recetas de este pan.
El menú de Divorare Sevilla
El menú de Divorare es un reflejo de su filosofía, que combina tradición italiana y creatividad culinaria. Desde opciones clásicas como la Diverso, que equilibra la stracciatella con el aroma de la crema tartufata, hasta propuestas más innovadoras como Carnegie, con pastrami, provola ahumada (queso) y salsa PepiDivorare (salsa de pepinillos); o la Campagnola, repleta de verduras.
Mientras que las opciones más contundentes, como la Nonna, traen a la memoria los sabores reconfortantes de la cocina casera con albóndigas en salsa, queso provolone y albahaca fresca, los más golosos también tienen su espacio en el menú. Propuestas dulces como la Capriccio, elaborada con Nutella, dan el toque de indulgencia al final de la comida.