La Judería de Sevilla siempre nos depara grandes secretos y uno de ellos es una estrecha calle de San Bartolomé conocida por su simple y enigmático color: la calle Verde.
Si alguna vez te has perdido por la Judería —algo que no nos extrañaría—, es probable que hayas pasado por esta calle peatonal que enlaza la avenida Menéndez Pelayo con la calle Céspedes. No destaca por grandes monumentos ni fachadas imponentes, todo lo contrario. Si algo la hace especial es su estrechez, su tradicional arquitectura y su abundante vegetación que da sombra a los viandantes.
En esta calle podemos ver un importante monumento: la Casa de los Padilla, una de las viviendas sevillanas más antiguas que ahora forma parte de un hotel. Desde la calle Verde podemos contemplar un patio con columnas renacentistas en los que se aprecia el escudo de armas de la familia en unos de los frentes de sus capiteles.
Se dice que esta calle fue testigo de un terrible suceso en la historia de Sevilla: la matanza del 90% de judíos que sufrió a manos de un pueblo que invadió el barrio, destruyendo todo a su paso.
La calle Verde también cuenta con una oscura leyenda reciente: una noche de viernes de 1992, un vigilante estaba haciendo su ronda en una de las casas que estaba en obras. A las cinco de la madrugada, llamó a la Policía porque aseguraba haber visto un fantasma de dos metros con una túnica y una larga cabellera blanca, que le sonrió y atravesó una pared. Esta leyenda cobra más fuerza al saber que la tarde anterior, se habían encontrado en las obras dos tumbas con sus respectivos esqueletos.
No podemos demostrar la veracidad de esta historia, pero sí que podemos garantizar que la calle Verde es uno de esos rincones sevillanos que conserva intacto todo el esplendor de su pasado… ¿Y quién sabe? Lo mismo recibes un saludo desde el Más Allá.