Es curioso que siendo un lugar de encuentro oficial en Sevilla, son pocas personas las que conocen el origen de La Campana.
Muchos lo atribuyen a la famosa confitería, pero no es esa la razón por la que se llama así. Aunque es curioso, porque anteriormente se llamaba calle de Pasteleros, ya que en esa calle se concentraban los establecimientos especializados en la elaboración de dulces.
Sin embargo, la actual denominación se debe a un antiguo almacén que había allí, el cual el ayuntamiento usaba como central de bomberos. De este edificio colgaba una campana, que servía para movilizar a operarios y vecinos. Cuando se derribó el edificio no quedó nada de la famosa campana, pero sí que se pintó una en la fachada que permaneció algunos años.
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