Es probable que muchos todavía no hayáis entrado al Museo de Bellas Artes de Sevilla, pero nunca es tarde para ver una de las pinacotecas más importantes de España. Y no sólo por sus cuadros merece la pena, ya que hay salas del antiguo Convento de la Merced en las que te preguntarás por qué nunca te dignaste a entrar antes. En Sevilla Secreta somos amantes del arte y por eso hemos pasado un día entero entre sus paredes y hemos hecho una selección de nuestras obras favoritas:
1. Retrato de Jorge Manuel, El Greco (1603)
Es la única obra del Greco que conserva el museo. En el siglo XIX se creía que era un autorretrato del pintor, pero a día de hoy se cree que se trata de Jorge Manuel, el único hijo del Greco, que se dedicaba a la arquitectura, la escultura y la pintura. Familia de artistas donde las haya.
2. Sevilla en fiestas, Bacarisas (1915)
Precioso cuadro de influencia modernista que espantaría a los pintores más clásicos por estar pintado a “brochazos”. Destaca por reflejar la belleza sevillana a través del foco de luz que reciben las tres discretas damas que se preparan para la fiesta de su vida.
3. Retrato de Gustavo Adolfo Bécquer, Domínguez Bécquer (1862)
Todos hemos visto este cuadro en nuestros libros de literatura del instituto, pero desconocíamos que estuviera en el museo y que fuese pintado por el hermano del poeta. Basta con mirar con el cuadro para saber que el Romanticismo fue una época tan oscura y pasional como melancólica y dramática.
4. Las Cigarreras, Bilbao Martínez (1915)
El pintor ilustró a la perfección una emotiva escena maternal, a la vez que reflejaba las condiciones laborales en la Fábrica de Tabacos (actual Rectorado) y el compañerismo entre todas las trabajadoras.
5. Las tentaciones de San Jerónimo, Valdés Leal (1657)
A día de hoy, resulta hasta cómica la exagerada actitud de San Jerónimo que se retuerce de dolor con tal de no caer en la tentación de mirar a las cortesanas que se dedican a provocarlo. De hecho, tiene la Biblia y una calavera delante para reforzar el mensaje de castidad hasta la muerte.
6. Santas Justa y Rufina, Murillo (1666)
Las dos santas aparecen sosteniendo la Giralda, ya que se creía que en el terremoto de 1504 la Catedral y la Giralda no se derrumbaron gracias a la intervención de las santas.
7. Vanitas, Gysbrechts (1660)
Uno de los mejores pintores de la escuela flamenca del siglo XVII creó este siniestro bodegón que advertía a los que lo vieran sobre la vanidad de las glorias y lo fugaces que son los placeres.
8. Bailaora, Antonia La Gallega, Zuloaga (1912)
El artista vasco estuvo muy vinculado a Andalucía y en este cuadro homenajeó a la mujer andaluza, representando a la bailarina como una mujer con carácter y autoridad.
9. San Hugo en el refectorio, Zurbarán (1598-1664)
En esta obra realizada para la sacristía de la Cartuja de Santa María de las Cuevas de Sevilla, se narra el milagro que tuvo lugar en 1084 en la Cartuja de Grenoble. Este milagro sucedió el domingo antes del miércoles de ceniza, cuando San Hugo, obispo de Grenoble, les mandó carne. Los frailes hablaba de permanecer en abstinencia para siempre, hasta que se quedaron profundamente dormidos en un sueño que duró cuarenta y cinco días. Con la visita de San Hugo despertaron y vieron que la carne se había transformado en ceniza, un milagro que les confirmó que debían seguir aún más una vida dedicada a la austeridad.
10. La muerte del maestro, Villegas Cordero (1884)
Este solemne cuadro de grandes dimensiones presenta la dramática escena en la que los toreros están conmovidos en torno a la figura del maestro que acaba de ser cogido por un toro. Sin duda, es una obra imprescindible en la que debes detenerte a ver los pequeños detalles que alberga la obra.
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