Si Velázquez y Murillo se levantasen de su tumba probablemente se llevarían la mano a la cabeza cuando vieran las Setas o la Torre Pelli, pero de lo que sí que estarían orgullosos es de su legado artístico. Gracias al graffiti, Sevilla ha reinterpretado las formas en las que el arte se consumo. Incluso tenemos un Hall of Fame a la orilla del Guadalquivir en el que es legal hacer uso del spray con fines artísticos y nuevos proyectos en camino.
Nos hemos sumergido en lo más profundo de Instagram y hemos descubierto más de un graffiti que enamoraría hasta a un barroco: